jueves, 11 de agosto de 2011

Quiero ser capaz...

- Quiero ser capaz de encontrar la nada. Quiero aprender a liberarme de todo
- ¿A qué te refieres?
- Hablo de aprender a no pensar, de no retener tantos recuerdos, de no vivir en el pasado, ni en el futuro. Lo primero trae consigo la melancolía, el dolor, el sufrimiento, incluso a veces el arrepentimiento. Lo segundo trae consigo la esperanza, a veces traidora y siempre impulsora de nuestros deseos
- No entiendo qué tiene de malo el recuerdo o imaginar el futuro, eso lo hacemos todos
No todos, créeme. La mente nos está mintiendo continuamente. El pasado no vuelve, y el futuro nunca llega. Siempre es presente, y lo que yo pretendo es aprender a estar aquí y ahora. Me gustaría reducir mi concepción del tiempo sólo a eso. Entonces, podré decir que he aprendido a vivir
- ¿Me estás diciendo que el hecho de volver hacia atrás en el tiempo o adelantarse al presente es no saber vivir? Menuda tontería
- Pues sí. Y no es ninguna tontería. Si estamos teniendo esta conversación ahora, pero por dentro estás pensando en cualquier otra cosa, no se puede afirmar que estás aquí, conmigo.
Yo puedo pensar en dos cosas a la vez, y en tres. Que se me pasen otras cosas por la cabeza mientras estoy hablando contigo, no significa que no me encuentre presente, ni que no preste atención a lo que me dices, ni nada de eso
- Vale, te voy a poner un ejemplo más claro. ¿Te acuerdas de ese momento en el que no hacías más que pensar en la despedida, en vez de disfrutar el momento?
- Sí
- ¿Te acuerdas que me contaste que ni siquiera fuiste capaz de sentirte bien, porque estabas sufriendo antes de tiempo?
- ¿A dónde quieres llegar? No me gusta hablar de ello
- ¿Por qué? ¿te incomoda?
- Posiblemente
- Si te incomoda a lo mejor es porque te avergüenzas de ese estado tuyo
- No, si me incomoda hablar del tema es porque no quiero pensar en esa historia, y punto
- Mmmm... si no quieres pensar en esa historia es por algo, todo es por algo
- No creo que todo sea por algo, hay cosas que surgen sin más, no es necesaria una explicación siempre
- Vale, vale. Te estaba diciendo que no fuiste capaz de disfrutar el momento; ¿y por qué? porque te estabas adelantando a ese momento, no estabas allí, estabas encerrada en una imagen futura, en una ilusión
- No es una ilusión; es un hecho que va a cumplirse
- Sí, pero antes de que ocurra ya estás creando una imagen, y le estás dotando de unas sensaciones y de unas emociones. Quizás las despedidas no sean tan amargas como te imaginas. Quizás cuando llegue la hora de despedirse sea amarga porque tú vas dispuesta a que lo sea, no sé si me explico
- Supongo que te entiendo, pero es que lo que tú me estás contando es lo más natural del mundo. Es normal que sepas que te va a doler distanciarte de los que quieres, aunque sea para tu bien
- Ahí es donde quería llegar yo. Si es para tu bien, ¿por qué ha de dolerte? ¿No deberías sentirte feliz y afortunada? Ahora es tiempo de aprender, y eso sólo se puede hacer a solas. En este momento de tu vida lo que necesitas es hacerte, y si ese proceso lo compartes con alguien, te estás haciendo a medias
- ¿Me estás diciendo que compartir ciertos ámbitos de tu vida con alguien te hace crecer menos? ¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja!
- En parte, sí; y si no te hace crecer menos, te hace crecer a un ritmo inferior, que para el caso, es lo mismo
- Yo creo que se te está yendo la cabeza con Nietzsche y su individualismo
- Eres tonta. Esto no tiene nada que ver con Nietzsche, bueno sí, pero ahora no viene al caso. - - Escucha, la estabilidad no es lo mismo que el equilibrio. Con la estabilidad se desemboca en el conformismo, y el conformismo puede dar tranquilidad, pero no te hace feliz, te hace creer que lo eres. Aquel que es conformista lo hace por comodidad. Pero la comodidad no da la felicidad. Quien se conforma ha dejado de imponerse metas, retos, se ha dejado atrás la curiosidad, se ha dejado a sí mismo. Por el contrario, el equilibrio sólo se encuentra buscándote a ti mismo, se necesita un proceso, un trabajo constante, un camino para dar con él. Un camino que no cesa nunca, porque reducir la imperfección es cuestión de dedicarle una vida entera, y eso es precisamente lo que yo busco
- ¿A qué te refieres exactamente cuando me hablas de conformismo? Intuyo que me estás criticando por algo, no sé, me siento aludida
- No hablo de ti en particular, hablo de las actitudes humanas en general.  Cuando hablo de conformismo me refiero al hecho de no buscar nada más, hablo de ese momento en el que mucha gente dice: “me quedo aquí”, “ya lo he visto todo” o “no necesito más”
- Pero vamos a ver, eso es positivo. Si una persona se ha comprado un piso, ¿por qué va a tener que aspirar a comprar una casa? Es bueno que se conforme con lo que tiene. Es bueno que si tiene un coche no aspire a tener dos
- Joder, tía, te hablo de algo mucho más complejo, de algo trascendental. Hablo de dejar de crecer como persona. Hablo de quedarte con tu primer trabajo, con el primer tío que pilles por ahí, con la primera y única ciudad que conociste, con los conocimientos de la universidad en la que estudiaste, y no ir más allá
- Pero a ver, si uno está bien en su primer trabajo, con el primer tío que encuentra y en la ciudad en la que nació, ¿por qué va a tener que cambiar eso? ¿a caso no se tiene estabilidad cuando se consigue el equilibrio?
- Yo creo que para alcanzar el equilibrio es necesario un esfuerzo diario, pero la estabilidad es más fácil de conseguir: con tan sólo conformarte puedes alcanzarla
- Vale, te entiendo. ¿Y qué me dices con respecto a las parejas? La estabilidad es necesaria
- Para nada. ¿Cuántas parejas conoces tú que sean estables?
- Muchas
- ¿Y cuántas de esas parejas estables están equilibradas?
- ¡Uf! Podría decir que ninguna
- Pues eso. Yo nunca he tenido pareja, nunca he llamado novio a nadie; sin embargo, he conseguido un equilibrio con alguien que para mí es muy importante. Eso es lo que merece la pena: saber ahuecar bien las piezas del Tetris. El amor que sale de la mente está contaminado
- El amor tiene de salir de un lugar mucho más profundo
- En el fondo eres más romántica de lo que quieres aparentar, pero yo te conozco bien. Sin quererlo siempre te sale la palabra amor por algún lado
- Si, soy romántica, pero mucho menos que antes
- Claro, claro. Ha disminuido considerablemente hasta que el romanticismo se vuelva a despertar en ti, o mejor dicho, hasta que alguien lo sepa despertar. Mira, yo creo que tienes discursos muy bueno, ¿sabes? Llevas razón en muchas cosas, pero todo este protocolo se te va a ir al garete en cuanto te des cuenta, algún día, de que una persona en concreto es mucho más importante para ti de lo que creías
- No estés tan segura. En la vida hay que tomar decisiones continuamente: desde que te levantas y decides tomar leche o zumo, hasta que te planteas qué vas a hacer el resto de tu vida. Lo que te quiero decir con esto es que a veces la vida te hace elegir entre una persona y lo que quieres hacer en la vida; ¡cuántos grandes nombres hacen eco en la historia precisamente por haber renunciado al amor!
- Eso es una estupidez. Por compartir ciertos aspectos de tu vida con una persona no estás renunciando a nada. Tú eres tú. La otra persona es otra. Sois dos: unos más uno es igual a dos. - No se trata de que uno más uno sea uno. El hecho de querer estar cerca de una persona no significa no poder volar. También existen grandes nombres que compartieron sus conocimientos con una persona a la que querían a nivel superior comparado con el resto
- Mira, te voy a llevar la razón en una cosa: existe una manera en la que se puede llevar una historia tal y como dices, pero con ciertos matices, y todos giran en torno a lo que yo te había dicho antes: el equilibrio, que no es lo mismo que la estabilidad. Tu problema es querer estabilidad, y eso no se puede tener en la etapa de aprendizaje, ¿me entiendes?
- Joder, ¿y cómo estás tan segura de eso? Hablas como si tuvieras las verdades absolutas
- No me malinterpretes, son opiniones, no verdades absolutas. Aunque mira, si me aprietas, podría llamar a la necesidad de aprender a solas una verdad cuasi absoluta
 - ¿Y por qué? también es bonito compartir el aprendizaje
- Depende
- ¿De qué?
- De la etapa en la que te encuentres. Has de hacerte a ti misma para poder compartirte con los demás. Tienes que alcanzar una madurez plena para ser capaz de amar y ser amado de verdad
- No estoy de acuerdo. Madurar junto a otra persona es algo bello
- Sí, puede ser bello, pero no es práctico
- Tengo miedo
- ¿De qué?
- De verme como Silvio Rodríguez en una de sus canciones...
- ¡Ja,ja,ja,ja,ja,ja! ¿Cómo?
- Sí, hay una canción que empieza diciendo: “ya viene a ser como la cuarta vez que espero, desde que sé que no vendrás más nunca (...)”
- No me seas gilipollas, la vida es muy larga. Cada uno tiene que hacer lo suyo, y las cosas siempre caen por su propio peso
- Ya, sé que hay que esperar
- Sí, no debes darle importancia al tiempo, y mucho menos al espacio. Tenemos que dejarles fluir, nada más. Por cierto, ¿a qué venía todo esto?
- Pues no sé, empezaste diciéndome que quieres aprender a encontrar la nada
- Vale, ya sé. Todo esto venía con lo del vivir aquí y ahora, con la fluidez de los hechos, ¿no?
- Creo que sí
- Bueno, al menos estaremos de acuerdo en algo...
- ¿En qué?
- En que cuando se encuentra el equilibrio nada se desestabiliza
- ¡Ja, ja, ja, ja, ja! Eso nunca se cumple
- Entre la gravedad y la fuerza centrífuga sí. ¿Me pasas el mechero?
- Si, pero ten cuidado, que la llama es grande
- No te preocupes, no me voy a quemar